De Qereçoxê a la presa de Tishrin: resistencia popular en curso contra la ocupación turca

En la mañana del 25 de abril de 2017, el ejército de ocupación turco lanzó un ataque aéreo que involucró a 28 aviones de guerra dirigidos al Monte Qerjoxê en el Cantón de Jazira, entonces el comando central de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ). El ataque causó el martirio de 20 combatientes, muchos de los cuales eran comandantes de primera línea que luchaban contra ISIS en Manbij y Raqqa. Entre las víctimas también se encontraban periodistas militares que documentaban la resistencia y los sacrificios de la gente de la región.

Este asalto al Monte Qereçoxê marcó la primera ofensiva militar directa del estado turco contra los territorios del norte y este de Siria. Su objetivo era claro: obstruir la lucha en curso contra ISIS y socavar la voluntad del pueblo.

Inmediatamente después, miles de civiles (hombres, mujeres, niños y ancianos) desafiaron el terreno duro y las temperaturas abrasadoras para ascender a la montaña de 770 metros de altura. Su marcha fue una condena directa de la masacre y una poderosa declaración de unidad. Su mensaje al estado turco fue inequívoco: todas las comunidades de la región se mantuvo unidas en su resistencia.

Esa misma noche, aviones de guerra turcos bombardearon la estación de radio Voice of Rojava, en un aparente esfuerzo por silenciar la voz de la gente.

El legado de la resistencia

Desde entonces, la masacre de Qereçoxê se ha convertido en un símbolo de resiliencia y fuerza. Los sacrificios de los caídos han sido consagrados en la memoria colectiva como testimonio del espíritu duradero de la revolución. En su honor, la Administración Autónoma ha designado el 25 de abril como "Día de los Mártires". Cada año, los ciudadanos de toda la región escalan el Monte Qereçoxê para rendir homenaje, reafirmando su compromiso con el camino trazado por aquellos que dieron sus vidas.

La movilización popular tras el ataque de Qerjoxê representó un punto de inflexión crítico en la lucha, cimentando un legado de solidaridad y resistencia comunitaria que continúa definiendo el espíritu revolucionario de la región.

Aunque el estado turco tenía como objetivo suprimir la voluntad del pueblo, su agresión solo sirvió para fortalecer su determinación.

De Qereçoxê a Tishrin

La conciencia nacional despertada por el ataque Qereçoxê sigue viva. Este espíritu duradero se manifiesta actualmente en la resistencia en la presa de Tishrin, una campaña que ha persistido durante más de 100 días. Desde el 8 de enero, los residentes de la región han viajado en caravanas para defender la presa de los ataques continuos de las fuerzas turcas y sus pandillas.

A pesar de soportar ataques directos que se han cobrado la vida de 25 personas, incluidos periodistas, artistas y administradores civiles, la gente continúa llegando en oleadas, sin inmuturarse en su búsqueda de justicia y la defensa de su patria.

ANHA