La política del estado turco ocupante agrava la crisis de los agricultores en el noreste de Siria

Los agricultores y el sector agrícola en los cantones de Raqqa y Deir ez-Zor enfrentan problemas cada vez más graves debido a la drástica disminución del nivel del agua en el río Éufrates, una situación que pone en peligro los cultivos de verano y amenaza el sustento de miles de familias que dependen de la agricultura.

La política del estado turco ocupante agrava la crisis de los agricultores en el noreste de Siria
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La política del estado turco ocupante agrava la crisis de los agricultores en el noreste de Siria
19 May, 2025   18:11
Newsdesk

Las fértiles tierras de Deir ez-Zor, Raqqa y Tabqa están al borde de una catástrofe humanitaria y ecológica provocada por el control del estado turco ocupante sobre el caudal del río Éufrates.

La Dirección de Energía del Norte y Este de Siria alertó sobre el agravamiento de la crisis hídrica en un comunicado emitido tras constatar que el nivel del agua en el lago de la presa del Éufrates había descendido casi seis metros. En el mismo comunicado, se propusieron soluciones para afrontar esta problemática.

Las consecuencias de la sequía, la más severa de los últimos tres años, han afectado gravemente al sector agrícola, poniendo en riesgo el crecimiento de cosechas fundamentales como el trigo y la cebada.

Este año, decenas de agricultores se han visto obligados a abandonar sus tierras debido al cambio climático, la sequía y la política del estado turco ocupante, que ha agravado la situación, empeorando además la situación económica de las familias que dependen de la agricultura.

Los agricultores de Deir ez-Zor y Raqqa han criticado el uso del río Éufrates por parte de Turquía como herramienta de presión. Según denunciaron, el caudal no superó los 250 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de los 500 metros cúbicos acordados en el tratado de 1987.

Saleh al-Nawaf, agricultor de la ciudad de Hajin, en el este de Deir ez-Zor, explicó: “Estamos tomando medidas temporales, trasladando las bombas de agua a zonas más cercanas al río”.

Y añadió: “A pesar de esto, el agua de los pozos se ha vuelto salada e inutilizable para el riego o el consumo debido a la sobreexplotación de las aguas subterráneas y al descenso del nivel del Éufrates. Los cortes de electricidad y el incremento de los precios del combustible también han encarecido nuestros gastos”.

Por su parte, Khadija al-Hamed, agricultora de Al-Bu Khater, en la zona rural oriental de Deir ez-Zor, advirtió: “La disminución del nivel del agua pone en riesgo el futuro de las tierras agrícolas en medio de una sequía que asola la región”.

En la misma línea, Ahmed al-Baroud, agricultor de la granja Al-Rahiyat, en la zona rural septentrional de Raqqa, subrayó: “Las consecuencias de la caída del nivel del agua ya están afectando negativamente la producción de nuestros cultivos”.

Al-Baroud señaló que “la reducción del caudal ha incrementado nuestros costes de producción, obligándonos a cavar más pozos para garantizar el agua de riego. Esto ha supuesto una carga económica adicional y ha aumentado nuestro sufrimiento. Muchos han tenido que reducir sus superficies de cultivo”.

Ante esta situación, la Unión de Agricultores del cantón de Raqqa condenó el uso del río Éufrates por parte del estado turco ocupante como herramienta de presión contra la población local, calificando esta política de amenaza real para la seguridad alimentaria y económica de la región.

Huwaidi al-Shawah, miembro de la Unión de Agricultores de Raqqa, alertó: “La situación será catastrófica si el nivel del agua en el Éufrates sigue disminuyendo”.

Y añadió: “Vemos cómo las tierras comienzan a secarse y el nivel del agua en los ríos disminuye. Esto afectará la producción de cultivos agrícolas, especialmente de algodón, maíz y verduras, que requieren más agua que en la temporada de invierno”.

El representante de la Unión de Agricultores pidió a la comunidad internacional que ejerza presión sobre el estado turco ocupante, al que responsabilizó de esta crisis, para garantizar un flujo justo de agua, ya que la agricultura es el sustento de miles de familias en Raqqa.

Cabe destacar que la Dirección de Agricultura y Riego en los cantones de Raqqa y Deir ez-Zor ha intentado mitigar los efectos de la sequía de 2025 distribuyendo tres lotes de diésel subsidiado entre los agricultores para apoyar al sector agrícola.

La situación sigue siendo crítica y requiere esfuerzos coordinados para superar esta crisis y garantizar el sustento de miles de agricultores en Raqqa y Deir ez-Zor.

ANHA