La ONU amplía la entrega de ayuda humanitaria a Siria a través de las zonas ocupadas por Turquía
Las Naciones Unidas han vuelto a ignorar las necesidades urgentes de la población de las regiones del norte y el este de Siria, así como los llamamientos de la Administración Autónoma para la apertura del cruce de Tel Koçer/Al-Yarubiyah. La ONU ha ampliado otros 3 meses la entrega de ayuda a Siria a través de puestos de control y zonas ocupadas por Turquía y sus mercenarios.
Naciones Unidas prorrogó hoy por otros tres meses el acuerdo para el suministro de ayuda humanitaria transfronteriza a Siria a través de los cruces de Bab al-Salama y Al-Rai en territorios ocupados por Turquía y sus mercenarios.
El período anterior debía finalizar el 13 de noviembre de este año. La extensión de la entrega de ayuda humanitaria a través de estos cruces fronterizos hacia Siria se mantendrá hasta el 5 de febrero del próximo año, según datos publicados por el Grupo de Coordinadores de Respuesta de Siria.
Al adoptar la nueva resolución, la ONU ignoró las necesidades urgentes de la población de las regiones del norte y el este de Siria, así como las constantes demandas y llamados de la Administración Autónoma de Siria Democrática para abrir el cruce de Tel Koçer/Al-Yarubiyah, que ha estado cerrado desde 2020.
Los observadores de la crisis siria y los políticos creen que la cuestión humanitaria está siendo utilizada como un medio de chantaje político, desde que el cruce Tel Koçer/Al-Yarubiya fue cerrado en 2020 por la ONU debido al veto de Rusia y China con el pretexto de impidiendo la entrega de ayuda a zonas no controladas por el gobierno.
Sin embargo, permitieron la entrada de esta ayuda a través del puesto de control de Bab al-Hawa en Idlib, que se encuentra bajo ocupación turca y control de sus mercenarios, Jabhet al-Nusra, clasificado como organización terrorista internacional, así como los puestos de control de Bab al-Salama y Al-Rai a partir de febrero de 2022 en los territorios ocupados.
Los dobles estándares de las Naciones Unidas muestran hasta qué punto la ONU persigue intereses políticos y se desvía de sus responsabilidades humanitarias y de seguridad.
ANHA