Alauitas en Siria - 1

Durante siglos, los alauitas en Siria fueron sometidos a masacres y opresión, particularmente a manos de los otomanos, debido a sus diferencias religiosas. Esto los obligó a buscar refugio en las montañas, pero esto contribuyó a su prolongado aislamiento social y político

Alauitas en Siria - 1
23 March, 2025   09:12
Newsdesk
DIAA ISKANDAR

Las raíces de los alauitas, su historia y las masacres perpetradas contra ellos

En los rincones entrelazados de la historia, y entre los hilos de la fe y la política, la secta alauita ha surgido como uno de los grupos religiosos más misteriosos y controvertidos del Oriente árabe. Su camino no ha sido simplemente un viaje ideológico, sino más bien una lucha continua entre la marginación y la persecución, y entre el poder y la influencia, oscilando entre los roles de víctima y gobernante.

En este archivo, examinaremos la fe alauita, su propagación y las masacres perpetradas contra ellos, que conducen al Mandato Francés y al comienzo de su ascenso, y su creciente papel bajo el régimen de al-Assad, padre e hijo. Finalmente, abordaremos la caída de este régimen y los crímenes de limpieza sectaria a los que fueron sometidos a manos de los nuevos gobernantes en Damasco.

Los orígenes de los alauitas: una doctrina esotérica y una identidad misteriosa

Las raíces de la secta alauita se remontan al siglo IX d.C., cuando surgió en medio de los trastornos políticos y religiosos que sacudieron al mundo islámico en ese momento. Su doctrina se formó a partir de una mezcla del chiísmo doce y el sufismo, influenciado por la filosofía gnóstica, que enfatiza el conocimiento esotérico como medio de salvación espiritual.

Los alauitas remontan su fe a Muhammad ibn Nusayr, quien afirmaba ser la puerta del undécimo imán, Hasan al-Askari. Esto llevó a que se les llamara "Nusayris" antes de que el nombre "Alawites" fuera adoptado en el siglo XX en un intento de acercarlos al Islam convencional.

Los alauitas se basan en una interpretación esotérica de los textos religiosos, que se diferencia de otras sectas islámicas en su interpretación del Corán y la Sunnah. Se basan en el principio de la reencarnación espiritual, que sostiene que las almas viajan a través de múltiples vidas hasta alcanzar la luz divina. Esta peculiaridad doctrinal, además de sus rituales secretos, los convirtió en objeto de sospecha y duda entre la mayoría musulmana, y los expuso a repetidas oleadas de persecución y marginación.

Distribución geográfica

Los alauitas están distribuidos geográficamente en varias regiones, constituyendo una parte fundamental del tejido social de Siria. También están presentes en Turquía y Líbano, con un número menor en Irak y Palestina.

Siria es su principal bastión, que constituye aproximadamente el 10-12% de la población. Se concentran a lo largo de la costa siria, particularmente en Latakia, Tartus y las montañas alauitas, áreas escarpadas donde históricamente han buscado refugio de la persecución. También tienen grandes concentraciones en el centro de Siria, específicamente en Homs y el campo de Hama, particularmente en aldeas rurales como Masyaf y Salamiyah. También existe una minoría en Damasco y Alepo, donde algunos se han movido con la expansión del estado sirio moderno.

En Turquía, se estima que el número de alauitas es de millones, pero la mayoría de ellos siguen la rama "Bektashi", que difiere de los alauitas sirios. Se concentran en el Sanjak de Alexandretta (ahora Hatay), particularmente en Antakya y Alexandretta y su campo, además de estar extendidos por todo el este de Anatolia, como Tunceli, Sivas y Malatya. En el Líbano, los alauitas constituyen una pequeña minoría, concentrada en el norte del país, particularmente en el área de Jabal Mohsen de Trípoli, así como en algunos pueblos de Wadi Khaled y Akkar.

Durante siglos, los alauitas han sufrido discriminación y opresión, alcanzando su punto máximo durante la era otomana. Esta persecución no fue simplemente discriminación religiosa o social; fue una política sistemática que continuó durante siglos, dirigida directamente a su existencia. A los ojos de los otomanos, los alauitas eran "herejes" y "apostatas del Islam", lo que los hacía vulnerables al asesinato, al desplazamiento y a la discriminación económica y social.

La ciudad de Alepo, que tenía una prominente población alauita, fue una de las arenas más importantes de dura persecución contra ellos, junto con otras áreas del norte de Siria.

Masacres otomanas en Alepo y otras regiones sirias

Durante siglos, los alauitas de Oriente Medio se enfrentaron a la persecución sistemática a manos del Imperio Otomano, que los veía como herejes del Islam oficial del estado. Esta persecución comenzó con la conquista otomana de Siria en 1516 después de la batalla de Marj Dabiq. El sultán Selim I emitió edictos religiosos "Fatwa" declarando a los alauitas como herejes, allanando el camino para masacres generalizadas dirigidas a su existencia.

En Alepo y su campo, las fuerzas otomanas lanzaron asesinatos en masa que llevaron al exterminio de familias enteras, la destrucción de aldeas y la esclavitud de mujeres. También saquearon sus propiedades y les despojaron de sus tierras agrícolas, exacerbando su pobreza y aislamiento.

La costa siria no era inmune a estas prácticas. Durante los siglos XVII y XVIII, las regiones de Latakia, Tartus y las montañas alauitas fueron testigos de repetidas campañas militares, acompañadas de la imposición de impuestos exorbitantes que cargaron a la población y los obligaron a vender a sus hijos como sirvientes para sobrevivir. Las aldeas alauitas en las montañas Latakia también fueron quemadas y destruidas, lo que obligó a muchos a huir a áreas más aisladas.

A medida que el Imperio Otomano declinaba en el siglo XIX, la represión continuó, con fatwas religiosas emitidas por el Sultanato para justificar el ataque a los alauitas, particularmente en Alepo y Anatolia. Estas fatwas llevaron a nuevas oleadas de violencia y al desplazamiento forzado de un gran número de alauitas de Alepo, Idlib y Maarat al-Numan, lo que obligó a muchos a buscar refugio en las montañas o emigrar al Líbano y Anatolia.

Aunque los otomanos fueron los más brutales al atacar a los alauitas, los mamelucos los precedieron con prácticas similares, imponiendo impuestos dobles y llevando a cabo campañas de asesinato contra ellos, particularmente en Alepo y Trípoli, obligándolos a huir a las regiones montañosas y aislándolos aún más.

Estos crímenes en curso dieron forma a una mentalidad colectiva entre los alauitas basada en el miedo a la persecución y el recurso al aislamiento. Se basaban en las montañas como refugios seguros, manteniendo sus creencias religiosas y rituales en secreto por temor a masacres recurrentes.

El mandato francés y el punto de inflexión

Con la llegada del Mandato Francés a Siria después de la Primera Guerra Mundial, los franceses se dieron cuenta de la importancia de explotar a los grupos sectarios para promover sus intereses coloniales. Aprovechando su pobreza y su larga exclusión de las instituciones estatales, reclutaron alauitas en unidades militares especiales. Esto fortaleció su presencia en el ejército, que más tarde se convirtió en la principal puerta de entrada a su acceso al poder después de la independencia de Siria.

Mañana: Transformaciones de los alauitas en Siria durante el siglo XX

ANHA