ONU: El patrimonio kurdo no recibe la atención que merece

La ONU conmemoró el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, pero, aunque el patrimonio kurdo es una parte rica e importante de la diversidad mundial, no se le presta la atención necesaria, lo que dificulta alcanzar la justicia cultural y un diálogo auténtico entre los pueblos.

ONU: El patrimonio kurdo no recibe la atención que merece
20 May, 2025   21:46
Newsdesk

Cada 21 de mayo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo. Esta fecha fue establecida en 2002 mediante la resolución 57/249, con el objetivo de fortalecer la comprensión sobre la diversidad cultural y su importancia como base para la paz y el desarrollo sostenible en un mundo marcado por la globalización acelerada y la destrucción cultural.

La diversidad cultural es la verdadera riqueza de la humanidad, reflejada en la variedad de lenguas, costumbres y tradiciones que distinguen a los pueblos en todo el mundo. Esta riqueza enriquece a las sociedades en creatividad y experiencia, y fortalece comunidades basadas en el consenso y el respeto. Expertos en desarrollo afirman que preservar la diversidad cultural es fundamental para fortalecer la cohesión social, fomentar la participación en la toma de decisiones y dinamizar la economía a través del turismo cultural, el arte y el patrimonio.

Sin embargo, a pesar de la conmemoración mundial, el legado de algunos pueblos, especialmente el kurdo, sigue siendo ignorado y no recibe la atención debida en muchas políticas culturales nacionales e internacionales. El patrimonio kurdo está lleno de historias, leyendas y relatos que refuerzan valores humanos nobles como la igualdad y la justicia social. No obstante, esta cultura rica sigue siendo marginada en muchos ámbitos.

Los kurdos han expresado su descontento ante este desprecio, señalando que la falta de reconocimiento de su patrimonio no solo les priva de la libertad de practicar sus costumbres culturales, sino que también les impide vivir con dignidad en su propia tierra. No pueden expresar su lengua ni su identidad dentro del mosaico cultural diverso como lo hacen otros pueblos.

Muchos defienden que el patrimonio kurdo y su reconocimiento como parte inseparable de la diversidad cultural mundial no es solo una cuestión de derechos humanos, sino una necesidad para promover un diálogo cultural activo y alcanzar justicia y desarrollo sostenible.

Es imprescindible que a los kurdos se les dé la oportunidad de sentirse orgullosos de su lengua y patrimonio, y que sean reconocidos como socios iguales en la construcción de la paz, el perdón y la diversidad.

ANHA