La "Alianza Nada" condena el genocidio contra las mujeres y pide rendición de cuentas

La Alianza Nada emitió hoy una declaración escrita sobre los ataques genocidas contra mujeres en Shingal, Sudán y Afganistán. La declaración decía:

"Han pasado diez años desde que el ISIS, un producto de las potencias hegemónicas globales, atacó el monte Shingal (Sinjar) en la región del Kurdistán de Irak, apuntando al pacífico y culturalmente rico pueblo yazidí con profundas raíces históricas en esta antigua montaña. Este flagrante ataque del ISIS tenía como objetivo destruir los valores humanos y una de las civilizaciones antiguas de la región, con la intención de aniquilar al pueblo yazidí quebrando la voluntad de las mujeres yazidíes exterminándolas. Esto se hizo físicamente mediante su asesinato y abuso, así como psicológica y culturalmente mediante su desplazamiento, secuestro, esclavitud y venta en mercados de esclavos, islamización forzada de ellas y sus hijos, y el reclutamiento de sus hijos como 'cachorros del califato' después de lavarles el cerebro. El sufrimiento de este pueblo sigue siendo una herida global y una mancha en la humanidad, debido a la falta de reconocimiento por parte de muchos estados e instituciones interesadas de que lo que sucedió en Shingal es un genocidio, y la falta de reconocimiento de que también es un genocidio sistemático. contra las mujeres yazidíes”.

En general, podemos decir que todas las mujeres de Oriente Medio y el norte de África sufren enormemente debido a la Tercera Guerra Mundial y sus catastróficas repercusiones en diversas formas y ámbitos, desde Yemen, Siria, Irak, Kurdistán e Irán hasta Libia, Túnez, Marruecos, Egipto y el Sáhara Occidental. La explotación y la violencia sexuales se han convertido en herramientas de guerra contra las mujeres en las zonas de conflicto, además del desempleo, el desplazamiento, la migración o el desalojo forzoso y la privación de los derechos a la educación y la atención sanitaria. También prevalecen la pobreza extrema, el hambre, la sed, el matrimonio forzado y el matrimonio infantil.

Destacamos en particular la tragedia del pueblo sudanés y de las mujeres sudanesas, que sufren tremendamente debido a los conflictos internos y a las intervenciones externas. La violencia sexual, las agresiones, las violaciones colectivas y la esclavitud se han convertido en parte integral de la política de opresión y venganza contra las mujeres sudanesas, que desencadenaron la Revolución Kanakdiana. Esto se suma a los otros impactos antes mencionados de las guerras y los conflictos internos sobre ellas.

Por ello, en nombre de la “Alianza Nada”, condenamos el genocidio sistemático contra todas las mujeres de la región, como lo demuestra el genocidio infligido a las mujeres yazidíes, afganas y sudanesas . Reiteramos nuestra solidaridad, apoyo y respaldo a la lucha y resistencia de las mujeres yazidíes, afganas y sudanesas y de todas las mujeres libres de la región y del mundo. Hacemos un llamamiento a los organismos e instituciones internacionales pertinentes para que rompan su silencio y adopten medidas inmediatas para poner fin a estas graves violaciones contra las mujeres. Les instamos a que exijan cuentas a los gobiernos y entidades responsables de estas violaciones de los derechos humanos, que constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, y alcanzan el nivel de genocidio sistemático contra ellas. También pedimos que se reconozca el genocidio sistemático contra las mujeres en general, y contra las mujeres yazidíes en particular, y que se presione a las autoridades pertinentes para que detengan las condenas a muerte dictadas contra activistas en Irán”.

 Anha